LOS MISTERIOS ELEUSINOS

Las pequeñas familias aristocráticas del pequeño estado eleusino administraron primitivamente su culto, del cual tenemos el primer testimonio a comienzos del siglo VII; allí en el país de Eleusis, había venid a la luz, según la leyenda, Core, raptada por el dios de los infiernos, y había sido devuelta a su madre.  Cuando Eleusis fue anexionada por Atenas, el culto de Deméter se convirtió en culto estatal ateniense, y con la ascensión del poder de Atenas creció su validez panhelénica.  Pero en este proceso operaron también, en primer lugar, razones íntimas: allí había un lugar lleno de misericordia, secreto, pero comunal, próximo a la fe popular y abierto al alma individual que buscaba, que no era un santuario solemne como los de los dioses políticos, sino una fuente de sabiduría de salvación para las necesidades  de la piedad personal.  Sería falso decir que las divinidades ctónicas se inclinaban de mejor gana al hombre y, por consiguiente, habían de estar más cerca de una edad piadosa que los olímpicos.  No se inclinan hacia el hombre, sino que están siempre junto a él, abrazándolo e influyéndolo.  Pero allí se volvieron imagen, es verdad que no en el gran sentido de la tragedia, en la que acaecen destinos heroicos ante lo celeste, sino a la manera más callada y, a la vez, más particular de las representaciones místicas, que afectan a todo el que en sí se retira.
Sabemos poco del contenido de las representaciones eleusinas, pero lo bastante como para asegurar qu en ellas no se anunciaba ninguna doctrina, ni se representaba ningún dogma, y menos que ninguno el de la inmortalidad del alma, y que, por consiguiente, la obligación del silencio que pesaba sobre los iniciados no se relacionaba con algo así como el secreto de un saber determinado.  Pero se realizaba  una acción litúrgica, que tenía por contenido el mito de la madre y de su hija Core, y su efecto debe haber sido la certeza, siempre vuelta a confirmar y a ganar, que ya se expresa en el llamado himno homérico como el misterio de Eleusis: que el que hubiera contemplado esa representación tendría una vida bienaventurada después dela muerte, e incuso ya en vida tendría gran ventura; pero quien estuviera sin iniciar no tendría después de la muerte la misma suerte en el reino subterráneo.  Por esta esperanza, que despertaba y confirmaba en los iniciados, se distinguía la fiesta de Deméter en Eleusis claramente de todas las otras representaciones y cultos, incluso de aquellos que en otras partes eran también dedicados a la diosa telúrica materna.
A los misterios eleusinos estaban admitidos todos los griegos, incluso mujeres y niños (y hasta esclavos); sólo un crimen de sangre excluía de ellos.  Con esta absoluta generalidad, que ningún otro culto griego conoce, se unía el más alto individualismo.  Basándose en una decisión libre, pedía el individuo la iniciación, individualmente se hacía partícipe de la misericordia de la diosa como de su madre, como individuo alcanzaba en la sacra acción la certeza de un destino bienaventurado.  No se debe buscar en la religión de Eleusis creencias de salvación, y absolutamente nada de aquel absolutismo de exigencia y promesa que es propio de las grandes religiones universales.  No se pide ninguna conversión, ni tampoco se convierte en condición de la salvación un nuevo esfuerzo moral.  El hombre no queda liberado de la aquendidad y transportado al más allá; y si se busca y promete la salvación después de la muerte, ello es sólo una dulce perspectiva, no una exigencia que atraiga hacia sí y saque de la vida.  Tampoco son los misterios una mística n una unión del hombre con los dioses.  Los límites entre el hombre y los dioses son estrictamente mantenidos; también en este aspecto se mantienen los misterios completamente dentro de la fe popular griega.  Pero sí vive en ellos como en ninguna otra parte de la religión griega una intimidad del alma individual con la divinidad.  Allí donde los dioses del viejo mito se vuelven más alma, los halla muy en secreto la fe que hace al bienaventurado lo que es.

1 comentario:

  1. HOFFMAN YA REVELÓ LA VERDAD.

    CON RESPONSABILIDAD Y MADUREZ, LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES.

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