LA POLÍTICA REALISTA DE OTTO VON BISMARCK (I)

En Alemania, todo había sido aplazado para después de 1815: la solución del problema nacional, el ascenso de la sociedad industrial, e incluso la hora de la revolución burguesa.  De la guerra de liberación no surgió ni un imperio ni siquiera una clara finalidad política, ni aun un activo sentimiento estatal que hubiera podido enlazarse muy bien con la reforma de la gran época.  Sino que Alemania se convirtió en el país de la reacción, de los metternichistas, de lo prusiano y los estados minúsculos.  Y se convirtió en el país de aquellos falsos frentes de que hemos hablado anteriormente. Quien era liberal buscaba la unidad en una forma para la que en toda la zona de Alemania no había ningún camino sino otros tantos obstáculos..  Quien estaba contra la revolución estaba por las dinastías, y, por consiguiente, contra la unidad.  Alemania fue concebida unida por primera vez desde un punto de vista puramente económico y de técnica del tráfico, como terreno aduanero unitario y como red ferroviaria.  Pero estos planes, aunque venían del noroeste liberal o de Austria, del estado de Prusia, y de la Alemania de los estados centrales: sobre ello no se podía levantar una construcción razonable.  El dualismo austro-prusiano lo dominaba todo.
Bismarck es un escéptico del movimiento nacional, al menos por lo que se refería a Alemania.  Hablaba con burla  hasta con desprecio de él, y asociadas con la palabra "nacional", sea "prensa", "tribuna", "decisión parlamentaria", "manifestaciones populares", "opinión pública", resultaban sendos insultos en su boca.  con ello significa no sólo el liberalismo enlazado con el movimiento nacional, sino que desde bien temprano, descubre que tal movimiento, según estaba planteado e iba marchando en Alemania, llevaba al error y a la utopía.  No se puede designar el propio camino mejor que él lo hizo, cuando habla del atractivo "que lleva en sí una política decidida y valiente, cuando tiene éxito y después se mueve dentro de límites razonables y honrados".  Tampoco la imagen del antiguo imperio, que era tan poderosa en el espíritu del varón von Stein, tiene influencia alguna en el suyo, porque aquella no tiene ya ninguna realidad.  Elige -y ello es en él una auténtica elección, pues, por su naturaleza, es mucho más un señor campesino bajo-alemán que un prusiano- elige a Prusia como el más firme punto de su construcción, porque es el único estado que tiene núcleo (o, por decirlo como él: el único "egoísmo estatal") de gran estilo que hay en todo el espacio de Alemania.  Como Alemania no se ha concentrado, cual Francia e Inglaterra, alrededor de un país núcleo para formar un todo nacional, debe ser construida con elementos antagónicos, en resistencia contra las fuerzas nacionales ya formadas de todo el continente  Pero con esto, el problema es transpuesto del terreno del desarrollo orgánico a la esfera de la acción política.

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