EUROPA Y LA NAVEGACIÓN DE ULTRAMAR

Es una realidad fundamental de la historia de Europa que Inglaterra, que entró la última en la competencia de las potencias marítimas, finalmente venció y se convirtió en la heredera de todas ellas.  Su camino es la exacta contrafigura del de Francia. Es también una decisión que se realiza en etapas y en varias veces es interrumpida por las fuerzas contrarias de las demás potencias; pero según Francia, paso a paso, se decide por la tierra, Inglaterra se decanta por los mares, y mientras que los franceses se esfuerzan con febril afán por el predominio en el continente, Inglaterra, con toda tranquilidad, se vuelve una isla (lo cual no había sido mientras estuvo luchando por sus posesiones en territorio francés), tanto más efectiva la fuerza que más tarde, a través de la cinta de plata del canal, va a tener en todos los asuntos europeos.
El pensamiento universal de los ingleses es que el mar no se puede navegar libremente si no se señorea.  Quien pone en peligro este objetivo, es decir, la más fuerte potencia marítima, es el enemigo por esencia; primeramente España; después, los holandeses; luego, los franceses.  Al formular este pensamiento y mantenerlo durante siglos mostró Inglaterra que había tomado en serio su dedicación al mar, y con tal pensamiento ganó su definitivo imperio.  Isabel I es la iniciadora, Cromwell el primer hombre de estado consciente de la política universal británica, y a la vez el primero que cree en la vocación divina de la isla elegida.  A partir de la paz de Utrecht se concentra el interés de Inglaterra, en todos los acuerdos de paz europeos, en la adquisición de oportunidades coloniales y en la ocupación de aquellos puntos costeros que dominan las rutas marítimas, y además -por lo que hace al continente- en el equilibrio de las potencias.
Esta historia de la navegación y conquista del mundo por Europa se realizó hasta muy entrado el siglo XVII, esencialmente en la forma de aventura personal, de navegación de alto riesgo, de poder en blanco, en lo cual, la guerra de corso y la piratería, empresa privada y política, van inseparablemente unidas.  Casi antes que los frentes nacionales se dibujan los confesionales; barcos católicos, especialmente españoles, son el botín predestinado de corsarios calvinistas.  Hombres del cuño de Francis Drake y Walter Raleigh pusieron los cimientos de la riqueza de Inglaterra y lo que es más, su dominio marítimo; en ellos y sus semejantes irrumpe el elemento del mar.  También las grandes sociedades comerciales siguen siendo durante largo tiempo algo intermedio entre asociaciones privadas (pero que hacen la guerra en nombre de sus estados) y órganos de mercantilismo estatal (pero que, sin embargo, se aventuran por su cuenta y riesgo).  La British East India Company se hallaba todavía en esta situación cuando comerciaba con territorios que eran mayores que Inglaterra y disponía de riquezas que sobrepasaban todos los conceptos europeos.
Todavía hay que añadir una cosa si se quiere comprender el sistema de estados europeos en la época de la razón, en su exacta ordenación de dimensiones y en su historicidad, es decir, según se asciende del material primario de los hechos y destinos humanos.  Lo mismo que más allá de los mares sucedió también en el continente asiático una conquista de territorios en gran estilo.  Es a la vez el contragolpe universal al imperio mundial de Gengis Khan, que en los siglos XIII y XIV dominaba todo el continente desde el Océano Pacífico hasta los Urales, abre de nuevo el gran camino por tierra, que mantenía cerrados entre sí a los países, pueblos, culturas y religiones de Asia, pero que ahora se fragmenta y hace piezas, primero en China, y en el siglo XV también en la zona de Rusia.  En la época de la expansión europea occidental, es decir, aproximadamente con la salida de holandeses, franceses e ingleses al mundo, se establece también en este punto un contramovimiento de Oeste a Este.  Su base es el imperio moscovita, y sus portadores son algunas familias de comerciantes que iban buscando pieles y minerales, y sus tropas de choque contra los mongoles son los cosacos.  Hacia 1580, se pasa el Ural, y dos generaciones más tarde se alcanza el Amur.  Hacia 1750, se encuentran rusos, ingleses y holandeses comerciando en Alaska.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me interesa mucho su opinión. Modero los comentarios exclusivamente para evitar contenidos inapropiados.